Alergias y Grafoterapia
Todo cuanto hacemos es un fiel reflejo de lo que somos, de nuestro modo de pensar, de los impulsos emotivos que nos mueven, de nuestra capacidad de autosuperación y adaptación física al entorno.
Así pues, se puede estudiar a una persona por su forma de andar, de mover las manos o los ojos, por la forma de hablar, etc. y también por el modo en que escribe.
Vicente Lledó (1932-1993) fue un gran investigador de las escrituras que, con su peculiar método para interpretarlas, demostró que éstas eran la consecuencia de nuestro estado de salud mental, física y emocional.
Para que el/la lector/a se haga una idea, se expone a continuación lo que sería un breve análisis grafológico que hiciera a una persona altamente alérgica (al polen, ácaros, metales, animales, etc.):
«Eres una persona que se come mucho el coco, que divaga mentalmente; te preocupas excesivamente por cosas que, en la mayoría de los casos, ya no tienen solución o remedio; te cuesta concentrarte en un solo tema; las dudas te atosigan; tu sentido perfeccionista de las cosas te incapacita para conseguir aquello que realmente necesitas y quieres; estás inquieto, intranquilo; exagerada tendencia a obsesiones y manías; eres curioso e indagador, pero estas cualidades no las sueles aplicar sobre aquellos temas que te proporcionen y conduzcan a unos resultados prácticos en tu vida; tendencia al ensimismamiento; te cuesta comunicarte; vives demasiado en tu mundo interior; tiendes a la desconfianza “¿Por qué me habrá dicho esto? ¿No será que pretende…?, ¿…?”. Quizá tengas algún temor o miedo profundo y concreto. Las cosas que quieres, las quieres ya mismo; tienes poca capacidad de constancia y autosuperación; ansiedad y tristeza más o menos encubiertas; alguna fobia…
Este cuadro psicológico, te conduce a que, a nivel físico, puedas tener como puntos débiles los ojos, la garganta, el cuello, cervicales; o contracturas a nivel de hombros u omoplatos, anormalidad en el ritmo respiratorio, insomnio, molestias en rodillas e hiperexcitabilidad y alteración del sistema inmunológico, lo cual y entre otras cuestiones, te hace proclive a padecer gripes o alergias».
Es importante aclarar que las perturbaciones mencionadas en los párrafos anteriores no son exclusivas de personas alérgicas; ni que todas ellas deban padecerlas todas. Lo que sí se puede afirmar es que en todas las personas alérgicas pueden tener cabida.
Por tanto —y he aquí lo verdaderamente importante del método de Vicente Lledó—: si estas conclusiones grafológicas se obtienen de determinados rasgos que aparecen en las escrituras, ¿qué ocurriría si la persona intentara modificarlos, de modo que al escribir de forma espontánea y natural ya no aparecieran? Obviamente, el grafólogo ya no podría dictaminar el mismo resultado psicopático, ya que los rasgos que vería serían otros.
La grafoterapia es una especialidad dentro de la grafología —lo mismo que, por ejemplo, la oftalmología lo es de la medicina— que enseña y dirige el proceso hacia un cambio de escritura para que la persona, mediante el control de su propio sistema nervioso, empiece a generar por sí misma la química necesaria para su reequilibrio a la vez que, sin proponérselo, va modificando espontáneamente las conductas negativas que le generaron la alteración de su estado físico y/o mental.
El grafoterapeuta pues, no toca a la persona, no le hace ingerir ningún producto; únicamente le enseña la coordinación de movimientos que debe alcanzar su mano al hacer las letras y palabras. Los resultados no se hacen esperar: por norma general, desde la primera visita la persona ya está experimentando cambios.
Terapia Natural No Convencional
Mª Carmen,