Interrupción
Hay tres circunstancias de «alerta» que nos obligan a dejar de realizar cualquier ejercicio:
- Que el cuerpo, el físico, se queje.
- El aburrimiento, el hastío mental.
- La duda, no saber cuál nos hacer sentir más cómodos y mejor… o cualquier otra que nos asalte.
Cada vez que la persona experimenta cualquiera de estas tres circunstancias, debe interrumpir inmediatamente y reiniciar la sucesión de ejercicios desde el principio:
1º) Percepción del cuerpo físico, constatación de que está bien.
2º) Percepción de líneas de hombros y sienes. Visualización en paralelo.
3º) ¿Qué le costaría menos esfuerzo, mantenerse en movimiento o en pausa?
4º) ¿O quizá cualquier otro ejercicio que se le hubiera propuesto?