Home » Blog » La escritura de los zurdos

La escritura de los zurdos

Este artículo está especialmente dedicado a educadores, maestros, tutores y autoridades competentes en la formación y educación de la exquisita hazaña que supone el acto escritural.

En la aceptación de los zurdos, ya hemos dado el primer paso: permitirles escribir con la mano izquierda. Ahora nos falta dar el segundo: permitirles que escriban de acuerdo a las leyes neuromotrices por las que se rigen.

Hasta hace poco, tres o cuatro décadas a lo sumo, ha estado mal visto el empleo de la mano izquierda para el desarrollo de determinadas labores1.

Los niños zurdos sufrían la imposición por parte de padres y maestros, de tener que hacer multitud de labores con la mano derecha, especialmente la escritura.

Si a este impedimento natural se le añadía la escasísima o deficiente formación que se impartía —y se imparte— para llevar la mano tranquila mientras se ejecutaba tan sofisticada labor, podemos imaginar el malestar y la frustración que, con frecuencia, relatan.

Muchos de ellos se consideran «zurdos contrariados». Esta expresión revela el perjuicio psicológico que, de manera más o menos consciente y profunda, les ocasionó tal forzamiento y que, incluso con el paso de los años, siguen padeciendo. Por otro lado, aunque han dejado de estar culturalmente reprimidos, han de enfrentarse a las numerosas dificultades que les entraña vivir en una sociedad de diestros, en la cual abundan herramientas, objetos y situaciones que no están dispuestas para ser experimentadas con la mano izquierda.

¿Por qué escribimos con una mano u otra? Aspectos neurofisiológicos

El máximo desarrollo de nuestro cerebro tiene lugar en la corteza cerebral. Es ella la que se activa cuando usamos las manos, dedos y partes distales del brazo al escribir.

También en ella, en el área llamada de Wernike2 se eligen las palabras que se quieren pronunciar o escribir y se dan las órdenes de contracción a los diferentes músculos que han de intervenir, según sea la comunicación, oral o escrita.

Se estima que hasta los cinco años —este dato varía según fuentes— el cerebro puede desarrollar el lenguaje en ambos hemisferios.

Si la persona es manidiestra, el área de Wernike se localiza en la parte posterosuperior del lóbulo temporal izquierdo. Es lógico que tenga preferencia por usar la mano derecha ya que, las órdenes de movimiento llegan antes a las áreas motoras corticales del hemisferio izquierdo (que controla los músculos del lado derecho del cuerpo) que a las áreas motoras del hemisferio derecho.

Mientras que, si la persona es zurda, el área de Wernike se localiza en el hemisferio derecho, por lo que la orden motora llega antes a las zonas de este hemisferio, responsable de los músculos del lado izquierdo del cuerpo.

Cómo escribir con la mano izquierda respetando el equilibrio motor de los hemisferios

El equilibrio motor entre los hemisferios cerebrales sucede cuando, por ejemplo, un director de orquesta marca los tiempos musicales moviendo sus manos hacia arriba, abajo, izquierda y derecha.

Al subir y bajar, ambas manos llevan la misma dirección. Sin embargo, cuando la mano derecha se dirige hacia la derecha, la mano izquierda se dirige hacia la izquierda… Es lo normal, lo correcto… ¿Se imagina usted a un director de orquesta moviendo sus manos en los mismos sentidos, al unísono? Sería un contrasentido semejante a, por ejemplo,  querer nadar a braza moviendo ambos brazos y piernas simultáneamente en las mismas direcciones.

El desarrollo del cerebro y, por tanto, el movimiento de los miembros, toman como referencia neuronal a un eje vertical que divide todo el cuerpo. Gracias a este eje neuronal sucede el equilibrio de fuerzas y nos marca una ubicación izquierda-derecha, no sólo en las sensaciones que percibimos en nuestro propio cuerpo, sino con relación al espacio exterior que nos rodea.

Pero volviendo al tema de la escritura: Si ésta ha ido desarrollándose para ser realizada con la mano derecha y, por tanto, sus renglones transcurren de izquierda a derecha, si decidiéramos usar la mano izquierda y seguir conservando el mismo equilibrio motor, neuronal, psicológico y fisiológico, tendríamos que hacer discurrir los renglones al revés, de derecha a izquierda, y además, alterar el sentido de prácticamente todos los movimientos que conforman nuestras letras; en definitiva, tendríamos que imitar la movilidad natural que desarrolla un director de orquesta y que ya hemos comentado al inicio de este artículo.

La escritura en espejo. Leonardo da Vinci

Leonardo da Vinci (1452-1519) era zurdo. Estudió profundamente el funcionamiento de los músculos y corroboró que, en el cuerpo humano, regían los mismos principios mecánicos por los que funcionaban las máquinas y se movían los cuerpos inanimados. Concibiendo al cuerpo —músculos y huesos— como una máquina de poleas y engranajes, consiguió medir, matemáticamente, la potencia de muchos músculos.

Comprendiendo la lógica de las leyes simétricas de movimiento, inventó la escritura en espejo, es decir, la escritura que se desarrolla de derecha a izquierda y cuyas letras son trazadas de manera tal, que sólo era posible leerlas si se las colocaba frente a un espejo (FIGURA 1). Su peculiar método de escritura, por tanto, no tenía como finalidad la de conferir a sus textos un hermetismo —tal y como se llegó a considerar—, accesible sólo a un reducido número de personas.

FIGURA 1

El pensaba que “Ninguna investigación se puede proclamar verdadera ciencia si no se somete a las demostraciones matemáticas. Y si alguien dice que las ciencias que empiezan y terminan en la mente son verdaderas, es necesario negarlo por muchas razones antes de que estos procesos mentales no se verifiquen a través de la experiencia, sin la cual, nada es por sí mismo cierto”. El rigor de sus fundamentos científicos siempre estuvo presente en las múltiples ramas del conocimiento en las que destacó.

Así pues, cuando se hace un análisis grafológico se debe preguntar, o saber, con qué mano ha sido realizado el escrito pues, lo que se va a examinar son, ni más ni menos, las tendencias funcionales del cerebro3 manifiestas a través de los movimientos y que, en el caso de un zurdo, se corresponden a los opuestos de un diestro.

“Si pretendemos hacer de la Grafología una ciencia y, por tanto, exacta, debemos usar la lógica y entender el movimiento, a nivel neurofisiológico”, decía mi genial Maestro Vicente Lledó (1932-1993)

Y de igual manera, el grafólogo, debería saber siempre la inclinación de papel que ha empleado, así como otros factores grafomotores relevantes que nos indiquen, certeramente, la orientación espacio-temporal que ha mantenido el cerebro responsable del escrito. Pero este tema, será tratado en otro artículo.

___________

1No hay más que fijarnos en las palabras que se usaban para referirse a las personas zurdas.

Frente al término «diestro», empleado para designar a la «persona con tendencia natural a servirse preferentemente de la mano y el lado derechos del cuerpo» y que denota otros matices como hábil, experto, sagaz, prevenido, favorable, benigno o venturoso, nos encontramos con el término opuesto, «siniestro», para referirse a la mano izquierda, que confiere, además, adjetivos como malintencionado, infeliz, funesto, con propensión o inclinación a lo malo, resabio, vicio o dañada costumbre que tiene el hombre o la bestia.

Otros calificativos empleados para nombrarles, como zocatos —frutos que se ponen acorchados y marchitos sin madurar—, sequeros —tierra sin riego; cosa muy seca— o levógiros —que llevan sentido contrario a las agujas del reloj—, junto con otros conceptos maliciosos como no estar sentado a la derecha de Dios, nos dan una idea del grado de aceptación social del que han gozados las personas zurdas.

2El área de Wernike desempeña un papel clave para las funciones superiores del hombre ya que:

  • Recibe informaciones sensitivas desde las más variadas zonas y núcleos del cerebro.
  • Al procesar integralmente todas estas informaciones, saca resultados y conclusiones que nos otorgarán tanto el «sentido común» como los pensamientos más complejos. Esta capacidad es fundamental para comprender e interpretar el lenguaje hablado o escrito. También en esta área es donde establecemos la sucesión de palabras que debemos emplear para poder expresarnos.
  • Una vez integradas todas las sensaciones que le llegan en un pensamiento común, envía señales hacia otras partes del cerebro y de la corteza motora, para que se produzcan las reacciones adecuadas.

Cualquier lesión en esta zona, dejaría a la persona mentalmente inepta. Por ejemplo, aunque pudiera oler a quemado y estuviera viendo un fuego a su lado, no sacaría la conclusión de que debe salir corriendo o intentar apagarlo. También quedaría afectada la capacidad interpretativa de los signos alfabéticos o numéricos, las pronunciaciones, la formación de palabras y frases, pensamientos, etc.

Al hemisferio donde se sitúa el área de Wernike se le llama hemisferio dominante ya que su labor —dominar el lenguaje, las matemáticas, etc.— se ha considerado más importante que la del opuesto —el sentido artístico y musical, la recepción de emociones, la habilidad para tratar con modelos visuales y espaciales, la imaginación, etc.—.

                                                          

3 Responsable de nuestro modo de ser, nuestra conducta, nuestra psique y nuestro soma.

Terapia Natural No Convencional

1 Respuesta hasta ahora.

  1. Encuentro tu web de gran valor y fabuloso contenido. He adjuntado tu sitio web en mis predilectos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *