Leyes de la Dinámica
Interpretar los movimientos que presenta nuestra propia escritura o la de cualquier otra persona, conocida o desconocida, es muy fácil si usamos un método analítico que esté basado en la lógica.
En el presente artículo expondremos parte de esa «lógica». “Toda causa tiene un efecto”: esto es lógica. Esto es entendible.
Con tres colores se forma la gama infinita de tonalidades;
con siete notas, todas las melodías;
con diez números, todas las operaciones;
y con doce trazos, todas las escrituras.
Vicente Lledó (1932-1993)
Nuestro sistema nervioso está ordenado, en sus diferentes parcelas y funcionamiento, de una forma completamente lógica, sabia e infalible. La Naturaleza, la Vida, se organiza de manera muy fácil y simple. Gracias a ello es capaz de generar materias y cuerpos con multitud de formas y cualidades. Nuestro cuerpo, la estructura molecular de la materia,… todo, absolutamente todo, está impregnado por una lógica, por unas leyes que han regido y rigen en su conformación y mantenimiento. Leyes de atracción y repulsión, de polaridad, de positivo y negativo, fuerzas de gravedad, centrífugas, centrípetas, etc. Pienso que aquello que nos parece ilógico, en realidad no lo es; simplemente desconocemos las leyes que están interviniendo.
Por otra parte, nada es estático, todo cambia, todo está en constante movimiento —incluso ese objeto que vemos sobre la mesa, también está en movimiento… atómico—; la luz se expresa mediante el movimiento de los fotones; el sonido a través de sus ondas expansivas; los vientos, las mareas, los planetas, los pensamientos, los impulsos nerviosos, el metabolismo celular, la circulación sanguínea,… ¡Todo es movimiento!
Y todo movimiento tiene unas causas, unas fuerzas que lo producen, un por qué.
Entendemos cómo se producen los movimientos de los cuerpos inertes; estamos habituados a observarlos. Incluso matemáticamente podemos predecir la distancia que recorrerán, con qué trayectoria lo harán, sus aceleraciones o deceleraciones, cuánta fuerza llevan en cada momento…pero también, matemáticamente, se calcula la velocidad a la que circula la sangre, la presión que deben mantener las paredes de las venas y arterias y, gracias a los cálculos matemáticos en el estudio de la Dinámica (según la Real Academia Española, ‘parte de la Mecánica que trata de las leyes del movimiento en relación con las fuerzas que lo producen’), el ser humano es capaz de elaborar la válvula o prótesis adecuada para «optimizar» el funcionamiento de su sistema circulatorio.
El gesto, la mímica, el «lenguaje no verbal» de nuestro cuerpo, su expresión de sentimientos y demandas a través del movimiento… también pueden ser «predichas», exactamente, entre personas que se conocen bien; saben de sus reacciones, del movimiento de las diferentes partes de su cuerpo, de cuándo y por qué alzan la ceja, o de que llevan la cabeza hacia atrás ante una situación de extrañeza, o de cómo y qué movimientos hacen con las manos,… En definitiva, el gesto habla.
Todas las actividades que desarrollamos en cada momento de nuestra vida, son posibles gracias a la ejecución de doce movimientos básicos que, realizados en diferentes planos (plano vertical —frontal o de profundidad—, plano horizontal, inclinado, etc.), y con diferentes partes de nuestro cuerpo, nos permiten efectuar cualquier tipo de labor.
Gráficamente, estos movimientos son:
- giros «a favor de las agujas del reloj» (al hacer este giro, estamos haciendo cuatro movimientos: uno que sube, otro que va hacia la derecha, otro que baja y otro que va hacia la izquierda)
- giros «en contra de las agujas del reloj» (también consta de otros cuatro movimientos)
- arriba-abajo,
- e izquierda-derecha.
“¿Qué movimientos usa usted para dar vueltas al café, limpiar platos o cristales, lavarse la cara, teclear el ordenador, o etc., etc…”
Todo movimiento sucede por la existencia de unas fuerzas que lo impelen o retienen. Una de las diferencias entre los movimientos de los cuerpos inertes y los de los seres vivos es que, en estos últimos, existe la voluntad, la «fuerza de voluntad».
El ser humano, además de poseer en su naturaleza las características de todo ser vivo, ha desarrollado una capacidad extraordinaria de pensamientos, emociones, inteligencia, consciencia, afán de autosuperación, de ser mejor, etc., que le han convertido en el «Rey», por excelencia, entre los seres vivos. (Otra cuestión es que confunda que «él forma parte de la Naturaleza» con que «la Naturaleza forma parte de su reino absoluto»)
Además comprende que, por encima de él hay «algo» que se le escapa de sus dominios. Ha de tener la humildad de pasar por esta Tierra admitiendo que no es poseedor de todo y que «necesita» alcanzar logros y objetivos, para cumplir con su idea de bienestar, no sólo fisiológico —necesidades básicas, como alimento, agua, luz, techo, etc.— sino de otras aspiraciones de carácter mental, ideal, espiritual, etc.
Luego, esta doble vertiente de sentimientos entre los que se mueve —por un lado, los sentimientos de posesión, de pertenencia, de sentirse rey, o estar por encima de un plano que considera inferior, y por otro, el sentimiento de que es muy pequeñito y que quiere ser más grande, y de que hay fuerzas por encima de él que tendrá que superar si quiere conseguir lo que desea— se manifestarán en su escritura, con gestos, trazos o movimientos que bajan y suben, respectivamente —si hablamos de un plano vertical; una pizarra— o, lo que sería lo mismo, que van hacia atrás o hacia delante —si hablamos de un plano horizontal; mesa y papel—.
Y por fin, cualquier ser vivo, siente una diferenciación entre lo que es el ambiente exterior, el entorno, y la propia identidad. Es decir, sabe cómo «interiorizar» aquello que desea, y también sabe «expulsar» aquello que le sobra o perjudica.
Movimientos hacia adentro, hacia nuestro centro —según el equilibrio entre hemisferios, con la mano derecha, mediante un movimiento hacia la izquierda y, con la mano izquierda, realizando un movimiento que espacialmente se dirige hacia la derecha— o movimientos hacia afuera, de expulsión o alejamiento del centro —según este equilibrio de hemisferios, con la mano derecha, hacia la derecha y, con la mano izquierda, hacia la izquierda—.
Una vez marcadas las «fuerzas emocionales» que nos empujan hacia uno u otro lugar espacial —la relación que mantenemos con los aspectos «superiores» e «inferiores» de nuestra existencia, así como la relación que mantenemos con «nosotros mismos» y con el «mundo exterior»—, queda por aclarar que, los movimientos que forman los giros hacia uno y otro sentido, tienen dos tipos diferentes de subidas, otros dos de bajadas, y otros tantos de ir hacia la izquierda y hacia la derecha y que, estos movimientos, son portadores de las «facultades mentales y físicas» que usamos para conseguir nuestros propósitos.
Lo bueno que tiene la escritura es que en ella quedan grabados todos los gestos y mímica; las «tendencias a realizar más», o menos, cualquiera de los doce movimientos, ya sea en nuestras actividades cotidianas o en los propios grafismos. “Como es en grande es en pequeño”. Al quedar plasmados, los podemos ver, examinar, contar, y analizar sus peculiaridades de ejecución —su presión o fuerza, su velocidad, trayectoria, etc.—. Todo ello nos aporta unos datos muy precisos y eficaces, acerca los impulsos y circuitos neurológicos que, acertadamente o no, marcan nuestra conducta y funcionamiento fisiológico.
Por fin, deseo hacerle consciente de que:
- Las peculiaridades de los movimientos que adquieren los cuerpos inertes, se deben a Fuerzas y Leyes que también han intervenido en la formación del ser humano, en sus niveles atómico y molecular, en su fisiología y en la formación de tejidos vivos —los cuales, a su vez, se han organizado y formado los diferentes sistemas orgánicos que, en su conjunto, constituyen el soporte físico de nuestra inteligencia y emociones—.
- Cuanto más apliquemos esas fuerzas dinámicas a nuestro interior, más «fluiremos» con la vida; no podemos funcionar sólo con «nuestras particulares leyes».
- La mente y el cuerpo son sólo dos conceptos; no hay una línea divisoria entre los «hilos» que mueven a una y a otro, sino que ambos se afectan mutuamente y, por tanto, forman una unidad.
- La reproducción de movimientos «naturales» —externos o internos—, y su aplicación posterior a la escritura, es lo que se trabaja en Grafoterapia y Grafomotricidad.
Le remito a la entrevista que esta Revista, Universo Holístico, me realizó y editó en su publicación del pasado mes de Abril, y a la cual, desde aquí, reitero mi agradecimiento. En breve, espero, abordaremos más temas de esta apasionante ciencia.
Terapia Natural No Convencional