Ludopatía y Grafoterapia
Ludopatía: una afición irrefrenable al juego que se convierte en adicción. La persona no puede dar un paso, sin que antes se tome un tiempo para «echar suerte» o comprobar hasta qué punto las fuerzas favorables de la vida están con ella o no.
Cuando una persona juega de manera pertinaz —en apariencia olvidando sus obligaciones y echando a un lado sus responsabilidades—, lo que busca es el encuentro con lo misterioso, con aquello que no es tan obvio, palpable y tangible como su propia realidad y sus conflictos personales, pendientes de resolver. Por ello, la persona adicta al juego, ve e interpreta en el mismo su propio mundo y su relación con él. El juego se convierte en la vía por la que tiene lugar un momento especial de «reencuentro» consigo misma. A través de él trata de aprender algo, de extraer algún conocimiento que, en su vida real, se le escapa de las manos, de obtener confianza y seguridad: seguridad en sus propias facultades, en su intuición, en su sabiduría interior.
Sin embargo, como en todas las adicciones, la persona se crea inconscientemente una venda que le impide ver y alcanzar lo que, precisamente por la adicción, va buscando.
Cuando una persona se da cuenta de que su afición al juego es más que afición, los sentimientos que le acompañan son de frustración, de angustia por haber caído en una trampa mental de dependencia emocional. En una palabra, se da cuenta de que su seguridad e integridad personal se están desvaneciendo y, además de este conflicto, sigue teniendo —pendientes de revolver—, esos problemas personales por los que se introdujo lentamente en el juego. De nuevo la angustia, el agobio y el miedo, es lo que ocasiona en la persona una falta de resolución.
Por otro lado, todos tenemos asuntos que requieren de nuestra atención y vigilancia estrecha; es más, la vida misma se encarga de que siempre, todos, estemos ocupados con alguno de ellos. Sin embargo, es la forma de encararlos lo que hace que los superemos o nos superen.
La ludopatía se manifiesta en las escrituras con la aparición de un determinado gesto nervioso —o trazo— que nos indica la existencia de una agitación mental excesiva y a destiempo, incluso por cuestiones que carecen de la menor importancia.
En los casos de mayor dependencia al juego, se van a detectar otros rasgos que indican la ausencia de objetividad a la hora de hacer frente a las situaciones que requieren de una mayor prevención y cuidados especiales. Estas personas tienen dificultades para ver la realidad de las situaciones; dan soluciones inmediatas y generalmente equivocadas.
Y por último, en las escrituras se observará que carecen de fuerza de voluntad, es decir, que su capacidad para hacer frente a las adversidades está menguada o deteriorada.
La grafoterapia basada en el Método Racional de Grafología —registrado en Propiedad Intelectual por su autor, Vicente Lledó (1932-1993)— contempla doce únicas funciones neurofisiológicas.
Al escribir, el sistema nervioso envía impulsos motrices a la mano y ésta, con sus doce únicas posibilidades de movimiento, provoca la aparición de letras y palabras.
El estudio de los movimientos empleados, así como las características de presión, velocidad, etc. con que han sido hechos, nos llevan a la interpretación de los «códigos de transmisión y comunicación» que está empleando nuestro Sistema Nervioso Central. Al modificarlos conscientemente, es decir, al hacer grafoterapia y llegar a cambiar la manera espontánea de escribir, se modifica también el funcionamiento nervioso de la persona.
No es cuestión de fe. Cambie su letra: se estará cambiando a sí mismo.
Terapia Natural No Convencional